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Luis Miguel Gómez Garrido
Leyendas tradicionales de Salamanca y su provincia
LA ARMUÑA, TIERRA DE PEÑARANDA, TIERRA DE ALBA, CAMPO DE SALAMANCA Y ENTRESIERRAS. Historias de santos, moros, bandidos, reptiles devoradores de hombres y otros relatos recogidos de la tradición oral
Cultural Norte

Impresión bajo demanda. Llega en 14 dias.

Páginas: 208
Formato:
Peso: 0.365 kgs.
ISBN: 9788412044775

LEYENDAS TRADICIONALES DE SALAMANCA Y SU PROVINCIA(LA ARMUÑA, TIERRA DE PEÑARANDA, TIERRA DE ALBA, CAMPO DE SALAMANCA Y ENTRESIERRAS)Historias de santos, moros, bandidos, reptiles devoradores de hombres y otros relatos recogidos de la tradición oral salmantina.El presente libro es el resultado de diez años de recopilación de leyendas tradicionales (2008-2018) por Salamanca y parte de su provincia. Las catorce localidades encuestadas, se cir¬cunscriben a las siguientes comarcas: La Armuña (Castellanos de Moriscos, San Cristóbal de la Cuesta, Gomecello, Pedrosillo el Ralo, Villaverde de Guareña, La Vellés); Tierra de Peñaranda (Santiago de la Puebla, Macotera); Tierra de Alba (Alba de Tormes, Anaya de Alba); Campo de Salamanca (Salamanca, Morille, Herguijuela del Campo); y Entresierras (Endrinal de la Sierra).Para la delimitación territorial del área encuestada, he con¬sultado la excelente obra de Antonio Llorente Maldonado: Las comarcas históricas y actuales de la provincia de Salamanca. Basándome en criterios etnográficos, he optado por incluir el municipio de Santiago de la Puebla en la comarca de la Tierra de Peñaranda; a diferencia del profesor Llorente Maldonado, que lo sitúa, por razones de tipo histórico, dentro de la comarca de la Tierra de Alba2Han sido registrados 94 etnotextos a partir del vivo testimo¬nio de 27 narradores. Desde estas líneas, quisiera agradecer la inestimable aportación de todos estos informantes, sin cuya desinteresada colaboración, no habría sido posible rescatar in extremis este valiosísimo patrimonio inmaterial.Dada la dificultad de grabar leyendas tradicionales en un mundo cada vez más globalizado, el proceso de recopilación de etnotextos ha sido, a lo largo de estos años, largo y laborioso. La creciente difusión en el medio rural, de las modernas tecno¬logías de la comunicación (internet, redes sociales), unida a la alarmante despoblación del campo, ha contribuido a la práctica desaparición de los viejos relatos etiológicos y de fundación. Arrumbados en la memoria, ya muy residual, de los mayores, constituyen verdaderas reliquias, cuando no, teselas dispersas del que, antaño, fuera un rico y complejo mosaico narrativo.Resulta dramático asistir a la casi extinción de un legado patrimonial al que, hasta el momento, apenas han prestado atención los estudios folklóricos al uso, más volcados en la re¬cuperación del romancero y del cancionero tradicionales, que en la preservación de los géneros narrativos (cuentos, leyendas y relatos de historia oral). Este desequilibrio, en lo que se refiere al trabajo de campo, también se advierte en el hecho de que las áreas tradicionalmente encuestadas en los estudios etnográfi¬cos salmantinos, han sido, por lo general, las del Campo Charro y la Sierra de Francia, en detrimento de la zona nordeste de la provincia.De lo expuesto en los párrafos anteriores, se desprende lo difícil que ha resultado localizar narradores de leyendas tra¬dicionales. En la mayoría de los casos, las encuestas han sido realizadas a amigos y allegados. Otras veces, he grabado a lugareños con los que he tenido la suerte de toparme en mis excursiones ornitológicas por la comarca armuñesa. Por otra parte, al no disponer de carné de conducir, me he desplazado a la mayor parte de los pueblos, a pie o en transporte público. El desplazamiento a pie ha sido posible, especialmente en la comarca de La Armuña.A la hora de encuestar a los informantes, he procurado evitar la palabra leyenda, de significado no muy claro para los lugare¬ños; y utilizar en su lugar, los términos relato o historia. Durante el transcurso de las encuestas, me ha servido de gran ayuda el Cuestionario para la realización del Atlas General de mitos y leyendas del mundo hispánico, del profesor José Manuel Pedrosa.Por otra parte, he querido incluir dentro de esta compilación, no sólo las leyendas propiamente dichas, sino también, lo que los estudios etnográficos más recientes denominan como ca¬sos, esto es, aquellos relatos extraordinarios acerca de hechos acaecidos en un tiempo no muy lejano al narrador, el cual, bien por haberlos vivido en primera persona, bien por haber oído la relación del suceso a algún amigo o familiar, no duda en asumir dichas historias como posibles o verosímiles. Como ejemplos de casos registrados en este libro, pueden consultarse los etno-textos 34, 37, 48, 72 y 73, entre otros.He de decir que, aunque la mayoría de los informantes haya colaborado con encomiable desinterés y gran amabilidad durante la realización de las distintas encuestas, he podido apreciar en algunos lugareños, cierta reticencia a hablar sobre una tipología concreta de historias. Especialmente significativo es el caso de la maldición de la cigüeña, relato que no me ha sido nada fácil registrar de la tradición oral de Castellanos de Moriscos. No es casual que la versión más completa de la le-yenda [n. 44 de la recopilación], me haya sido aportada por una señora no oriunda del pueblo, la cual me pidió que omitiese su nombre y apellidos.Como anécdota curiosa, contaré la imprevista encuesta que efectué un día de febrero del año 2016, en el Bar Berme de La Vellés. Tras una larga caminata avistando londros y avutardas, por los amplios predios esteparios que van de las Eras Viejas al Torpedero, llegué sobre la hora del mediodía, al Berme. Pedí un chato de vino y un pincho de tortilla. Mientras me hallaba dando cuenta de este refrigerio, uno de los parroquianos se soltó a cantar. A mí me habían hablado de un tal Goyo de la Vellés, y de su facilidad para cantar coplas Supuse que aquel parroquiano pudiera ser el Goyo que tanto me habían menta¬do; por lo que me acerqué a él con la intención de preguntarle su nombre y, así, salir de dudas. El paisano, que tenía una edad de noventa años, no tardó en responderme con jovialidad:¿Goyo? Ese Goyo era vecino mío. Pero ya no vive aquí Si quieres grabar, yo me sé muchos cantares y poemas. ¡A ver qué te parece éste, majo!Para mi sorpresa, tras la recitación de diferentes coplas y poemas, el lugareño comenzó a entretejer con auténtica pericia narrativa, toda una rica variedad de leyendas: chistes locales, relatos de fundación, historias sobre la francesada A este animado contador de historias, cuyo nombre es Juan Santos Bernal, he tenido la oportunidad de grabarle en otras dos ocasiones. En una época en la que la literatura tradicional se extingue a marchas forzadas, cada vez resulta más difícil en¬contrar informantes dotados de una memoria oral tan variada y fecunda, como la de este paisano.Por último, quisiera dar las gracias a todos los que, de forma desinteresada, me han apoyado desde que comencé a pergeñar este libro: en primer lugar, a mi buen amigo Ramón Grande del Brío, por haber accedido a dedicar unas palabras introductorias a esta recopilación de leyendas tradicionales; a José Manuel Pedrosa, por su ayuda y orientación en la clasificación de las distintas versiones registradas; a José Luis Puerto, que amable¬mente, ha respondido a mis consultas sobre determinados et-notextos; a mis amigos del Bar Las Caballerizas, a los que este libro debe tanta riqueza y variedad de divertidas anécdotas; a mi novia Elena Villarroel Rodríguez, que me ha acompañado en mis andanzas etnográficas por los caminos y pueblos de La Armuña; y sobre todo, a mi madre, siempre dispuesta a dibujar todo tipo de mapas para mis trabajos y artículos. A todos ellos, mi más sincera gratitud.

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LA ARMUÑA, TIERRA DE PEÑARANDA, TIERRA DE ALBA, CAMPO DE SALAMANCA Y ENTRESIERRAS. Historias de santos, moros, bandidos, reptiles devoradores de hombres y otros relatos recogidos de la tradición oral
Cultural Norte

Impresión bajo demanda. Llega en 14 dias.

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Peso: 0.365 kgs.
ISBN: 9788412044775

LEYENDAS TRADICIONALES DE SALAMANCA Y SU PROVINCIA(LA ARMUÑA, TIERRA DE PEÑARANDA, TIERRA DE ALBA, CAMPO DE SALAMANCA Y ENTRESIERRAS)Historias de santos, moros, bandidos, reptiles devoradores de hombres y otros relatos recogidos de la tradición oral salmantina.El presente libro es el resultado de diez años de recopilación de leyendas tradicionales (2008-2018) por Salamanca y parte de su provincia. Las catorce localidades encuestadas, se cir¬cunscriben a las siguientes comarcas: La Armuña (Castellanos de Moriscos, San Cristóbal de la Cuesta, Gomecello, Pedrosillo el Ralo, Villaverde de Guareña, La Vellés); Tierra de Peñaranda (Santiago de la Puebla, Macotera); Tierra de Alba (Alba de Tormes, Anaya de Alba); Campo de Salamanca (Salamanca, Morille, Herguijuela del Campo); y Entresierras (Endrinal de la Sierra).Para la delimitación territorial del área encuestada, he con¬sultado la excelente obra de Antonio Llorente Maldonado: Las comarcas históricas y actuales de la provincia de Salamanca. Basándome en criterios etnográficos, he optado por incluir el municipio de Santiago de la Puebla en la comarca de la Tierra de Peñaranda; a diferencia del profesor Llorente Maldonado, que lo sitúa, por razones de tipo histórico, dentro de la comarca de la Tierra de Alba2Han sido registrados 94 etnotextos a partir del vivo testimo¬nio de 27 narradores. Desde estas líneas, quisiera agradecer la inestimable aportación de todos estos informantes, sin cuya desinteresada colaboración, no habría sido posible rescatar in extremis este valiosísimo patrimonio inmaterial.Dada la dificultad de grabar leyendas tradicionales en un mundo cada vez más globalizado, el proceso de recopilación de etnotextos ha sido, a lo largo de estos años, largo y laborioso. La creciente difusión en el medio rural, de las modernas tecno¬logías de la comunicación (internet, redes sociales), unida a la alarmante despoblación del campo, ha contribuido a la práctica desaparición de los viejos relatos etiológicos y de fundación. Arrumbados en la memoria, ya muy residual, de los mayores, constituyen verdaderas reliquias, cuando no, teselas dispersas del que, antaño, fuera un rico y complejo mosaico narrativo.Resulta dramático asistir a la casi extinción de un legado patrimonial al que, hasta el momento, apenas han prestado atención los estudios folklóricos al uso, más volcados en la re¬cuperación del romancero y del cancionero tradicionales, que en la preservación de los géneros narrativos (cuentos, leyendas y relatos de historia oral). Este desequilibrio, en lo que se refiere al trabajo de campo, también se advierte en el hecho de que las áreas tradicionalmente encuestadas en los estudios etnográfi¬cos salmantinos, han sido, por lo general, las del Campo Charro y la Sierra de Francia, en detrimento de la zona nordeste de la provincia.De lo expuesto en los párrafos anteriores, se desprende lo difícil que ha resultado localizar narradores de leyendas tra¬dicionales. En la mayoría de los casos, las encuestas han sido realizadas a amigos y allegados. Otras veces, he grabado a lugareños con los que he tenido la suerte de toparme en mis excursiones ornitológicas por la comarca armuñesa. Por otra parte, al no disponer de carné de conducir, me he desplazado a la mayor parte de los pueblos, a pie o en transporte público. El desplazamiento a pie ha sido posible, especialmente en la comarca de La Armuña.A la hora de encuestar a los informantes, he procurado evitar la palabra leyenda, de significado no muy claro para los lugare¬ños; y utilizar en su lugar, los términos relato o historia. Durante el transcurso de las encuestas, me ha servido de gran ayuda el Cuestionario para la realización del Atlas General de mitos y leyendas del mundo hispánico, del profesor José Manuel Pedrosa.Por otra parte, he querido incluir dentro de esta compilación, no sólo las leyendas propiamente dichas, sino también, lo que los estudios etnográficos más recientes denominan como ca¬sos, esto es, aquellos relatos extraordinarios acerca de hechos acaecidos en un tiempo no muy lejano al narrador, el cual, bien por haberlos vivido en primera persona, bien por haber oído la relación del suceso a algún amigo o familiar, no duda en asumir dichas historias como posibles o verosímiles. Como ejemplos de casos registrados en este libro, pueden consultarse los etno-textos 34, 37, 48, 72 y 73, entre otros.He de decir que, aunque la mayoría de los informantes haya colaborado con encomiable desinterés y gran amabilidad durante la realización de las distintas encuestas, he podido apreciar en algunos lugareños, cierta reticencia a hablar sobre una tipología concreta de historias. Especialmente significativo es el caso de la maldición de la cigüeña, relato que no me ha sido nada fácil registrar de la tradición oral de Castellanos de Moriscos. No es casual que la versión más completa de la le-yenda [n. 44 de la recopilación], me haya sido aportada por una señora no oriunda del pueblo, la cual me pidió que omitiese su nombre y apellidos.Como anécdota curiosa, contaré la imprevista encuesta que efectué un día de febrero del año 2016, en el Bar Berme de La Vellés. Tras una larga caminata avistando londros y avutardas, por los amplios predios esteparios que van de las Eras Viejas al Torpedero, llegué sobre la hora del mediodía, al Berme. Pedí un chato de vino y un pincho de tortilla. Mientras me hallaba dando cuenta de este refrigerio, uno de los parroquianos se soltó a cantar. A mí me habían hablado de un tal Goyo de la Vellés, y de su facilidad para cantar coplas Supuse que aquel parroquiano pudiera ser el Goyo que tanto me habían menta¬do; por lo que me acerqué a él con la intención de preguntarle su nombre y, así, salir de dudas. El paisano, que tenía una edad de noventa años, no tardó en responderme con jovialidad:¿Goyo? Ese Goyo era vecino mío. Pero ya no vive aquí Si quieres grabar, yo me sé muchos cantares y poemas. ¡A ver qué te parece éste, majo!Para mi sorpresa, tras la recitación de diferentes coplas y poemas, el lugareño comenzó a entretejer con auténtica pericia narrativa, toda una rica variedad de leyendas: chistes locales, relatos de fundación, historias sobre la francesada A este animado contador de historias, cuyo nombre es Juan Santos Bernal, he tenido la oportunidad de grabarle en otras dos ocasiones. En una época en la que la literatura tradicional se extingue a marchas forzadas, cada vez resulta más difícil en¬contrar informantes dotados de una memoria oral tan variada y fecunda, como la de este paisano.Por último, quisiera dar las gracias a todos los que, de forma desinteresada, me han apoyado desde que comencé a pergeñar este libro: en primer lugar, a mi buen amigo Ramón Grande del Brío, por haber accedido a dedicar unas palabras introductorias a esta recopilación de leyendas tradicionales; a José Manuel Pedrosa, por su ayuda y orientación en la clasificación de las distintas versiones registradas; a José Luis Puerto, que amable¬mente, ha respondido a mis consultas sobre determinados et-notextos; a mis amigos del Bar Las Caballerizas, a los que este libro debe tanta riqueza y variedad de divertidas anécdotas; a mi novia Elena Villarroel Rodríguez, que me ha acompañado en mis andanzas etnográficas por los caminos y pueblos de La Armuña; y sobre todo, a mi madre, siempre dispuesta a dibujar todo tipo de mapas para mis trabajos y artículos. A todos ellos, mi más sincera gratitud.