Bienvenido! estás en Mandrake Libros web

Gabriela Bejerman
Presente Perfecto

Interzona Editora


Páginas: 224
Formato: 21x14cm
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9871180012

“¡Qué tremenda cachorra cachonda me había atrapado! Las dos participábamos de un trajín eufórico, público y despechado, en el cual yo no dejaba de mirar cómo se le sacudían las gomosas que, felices, saltaban contra mi cara. Ayudada por las fuerzas proteicas con que su cena la había nutrido, me galopó hasta el amanecer, cada vez hecha más milanesa.” Presente perfecto “Rebeca, aterrada ante este augurio, trató de leer algún otro designio. ‘Las palmeras no tienen cocos.’ ‘Los pájaros bondadosos no se ven.’ ¿Cómo decir estas señales en afirmativo? Las palmeras descocadas. Los pájaros ocultos. Si sonaba bien, se saltaba el mal presagio. Sabía hacer trampa: para ella, lo único que trenzaba un augurio al destino era un opuesto indecible. -Si fuera un poeta escribiría para conjurar. -¿A quién? -Al miedo. Al futuro.” Los dioses cazadores

Presente Perfecto

$15.900
Envío gratis superando los $24.990
Presente Perfecto $15.900
Entregas para el CP:

Medios de envío

  • Mandrake Libros Rioja 1869 - Rosario- Lunes a Viernes de 10 a 19 hs. Te informaremos cuando esté listo para retirar.

    Gratis

Gabriela Bejerman
Presente Perfecto

Interzona Editora


Páginas: 224
Formato: 21x14cm
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9871180012

“¡Qué tremenda cachorra cachonda me había atrapado! Las dos participábamos de un trajín eufórico, público y despechado, en el cual yo no dejaba de mirar cómo se le sacudían las gomosas que, felices, saltaban contra mi cara. Ayudada por las fuerzas proteicas con que su cena la había nutrido, me galopó hasta el amanecer, cada vez hecha más milanesa.” Presente perfecto “Rebeca, aterrada ante este augurio, trató de leer algún otro designio. ‘Las palmeras no tienen cocos.’ ‘Los pájaros bondadosos no se ven.’ ¿Cómo decir estas señales en afirmativo? Las palmeras descocadas. Los pájaros ocultos. Si sonaba bien, se saltaba el mal presagio. Sabía hacer trampa: para ella, lo único que trenzaba un augurio al destino era un opuesto indecible. -Si fuera un poeta escribiría para conjurar. -¿A quién? -Al miedo. Al futuro.” Los dioses cazadores